martes, 5 de julio de 2011

Nocturno en París


Fue aquella noche
en que veía pasar los barcos sobre el Sena,
mientras la lluvia acrecentaba al río
como metáfora de la doctrina budista,
fue esa la noche en que necesité
verme en tus ojos como nunca antes.
Aquella fue la noche en la que supe
que no volvería a querer a nadie
como te quise a vos.
Esa noche fue la noche
en la que caí en la cuenta
de que iba envejeciendo
y que también envejecía conmigo
mi capacidad de amar.

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