lunes, 11 de julio de 2011

Confesiones de invierno

El domingo 10 de julio me lo pasé fusionado a Confesiones de escritores, libro publicado por El Ateneo con prólogo de Noé Jitrik. Hacía ya tiempo que no empezaba un libro para terminarlo en el mismo día. Mario Vargas Llosa asegura haber leído el millar de páginas de Los Hermanos Karamazov en solo uno día... Mi hazaña fue más modesta, apenas 249 folios. En la obra se entrevista a nueve grandes creadores y también a Puig. Copio aquí algunos pasajes:

GUILLERMO CABRERA INFANTE sobre sus contemporáneos
"Bien, Borges, un mayor a quien admiro, escribe en borgés, un dialecto privado compuesto de un inglés precioso y formal que condesciende al empleo de palabras españolas con sintaxis anglosajona. Le debo mucho, pero no le debo nada a su español... Para mí existe Borges, y luego el resto. Ellos son el resto, para mí una mayoría silenciosa porque no escucho ni una palabra de lo que escriben".

JULIO CORTÁZAR sobre equilibrar la vida y la literatura
"...conozco a mucha gente que todo el tiempo se queja: "Oh, me gustaría escribir mi novela, pero tengo que vender la casa, y después están los impuestos... ¿qué voy a hacer?" Razones como: "Trabajo en la oficina todo el día, ¿cómo pretenden que escriba?" Yo trabajaba todo el día en la UNESCO y después, al volver a casa, escribía Rayuela. Cuando uno quiere escribir, escribe. Si uno está condenado a escribir, escribe".

CARLOS FUENTES sobre la plenitud creadora y la extinción física
"Cuando ya ha pasado la mitad de la vida, creo que uno debe ver el rostro de la muerte para poder empezar a escribir seriamente. Hay gente que ve el fin rápidamente, como Rimbaud. Cuando uno empieza a verlo, siente que debe rescatar esas cosas. La muerte es el gran Mecenas, la muerte es el gran ángel de la escritura. Uno debe escribir porque no va a vivir más".

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