lunes, 12 de septiembre de 2011

domingo, 11 de septiembre de 2011

Lanzamiento de RASGANDO QUIMERAS

La cita es hoy. Aparézcanpy!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Consejo táctico

Considerando que ya no tengo alfiles, ¿qué juego si es que Él mueve su caballo?

Enturbantado: el porno no te turbe.

Copio aquí un fragmento del libro Cultura Mainstream (Cómo nacen los fenómenos de masas), de Frédéric Martel, es el inicio del capítulo 14, titulado: De cómo Al Yazira se ha convertido en la cadena mainstream del mundo árabe.

Un sábado hacia las 16 horas, una hermosa tarde de julio de 1997, calurosa y húmeda, las familias saudíes estaban viendo tranquilamente un programa educativo destinado a los niños en Canal France International, un banco de programas francés, filial del grupo France Televisions. La retransmisión se hacía a través del satélite ArabSat, lanzado en 1985 por 21 países árabes y cuya señal principal se emitía desde Riad en Arabia Saudí. De pronto, un error de manipulación de las retransmisiones satélites por Telediffusion de France tuvo como consecuencia inesperada que CFI y el canal de pago Canal+ se invirtieron. El incidente no habría tenido más consecuencias de no ser porque Canal+ aquel día emitía Club privé au Portugal, una película porno.

Sentado en un amplio sillón, en la Place des Ailes, en Boulogne-Billancourt, al oeste de París, donde están la mayoría de las televisiones francesas, Philippe Baudillon no se altera. En aquella época, dirigía la cadena Canal France International (hoy es presidente de Clear Channel France, una filial del gigante estadounidense de la publicidad urbana, en cuya sede me recibe): "Le puedo decir que fue la prueba más dura de toda mi carrera. La audiencia de los programas franceses, a través de Canal France International, estaba subiendo mucho en el Golfo. Y aquel error acabó con toda nuestra estrategia de desarrollo". La difusión del porno de Canal+ duró unos treinta minutos hasta que los técnicos parisinos se dieron cuenta del patinazo que habían cometido (la película estaba destinada a una cadena de pago del Pacífico). Según los datos de la época, el porno debió de llegar a una veintena de países árabes y a un público potencial de 33 millones de personas. "Fue espantoso. Se llevó por delante la presencia francesa en el Golfo. Y nos borraron del mapa", lamenta Philippe Baudillon.

Interrogado hoy en Riad, capital de Arabia Saudí, Ahmed H. M. Al Kilani es más crítico: "Yo entonces era el representante de CFI en Arabia Saudí. Lo recuerdo perfectamente. Fue horrible. Intentamos parar el programa inmediatamente, pero en CFI no contestaba nadie. Por otra parte, no era la primera alerta: CFI ya había emitido un espectáculo olé olé del Lido. Los de CFI eran muy incompetentes: no entendían nada de los valores árabes"...

El caso es que el asunto de la película porno emitida por la tarde cuando las familias saudíes y las de otros países árabes estaban viendo la televisión hizo que CFI fuese inmediatamente expulsado del satélite ArabSat. Los saudíes se declararon ultrajados por el error "técnico" de los franceses y, pese a las presiones diplomáticas de París, decidieron vetar a CFI. El canal que quedó liberado por esa expulsión fue adjudicado a una joven cadena que hacía tiempo que intentaba aumentar su audiencia en los países árabes emitiendo a través de ArabSat y que aspiraba a convertirse en mainstream: Al Yazira.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Objetos perdidos

Caminó sin rumbo por varios días, hasta que llegó adonde el diablo perdió el poncho. Era uno simple, tejido en esa combinación contra natura de azul y rojo; gastada la prenda. Los autores no explican cómo, simplemente supo que era de él. La examinó, la tocó, y después, la colocó en el mismo lugar donde la halló. Allí donde el diablo había perdido el poncho hacía calor. Demasiado.

Tentación

Leo en uno de los libros no incluidos en los Evangelios apócrifos, que aquella noche José de Arimatea se aproximó al grial donde había recogido la sangre del Nazareno. Enfocó el líquido obscuro. Olisqueó el aire circundante y vio que era bueno.

Una voz lo animó a probarla, a beber un sorbo del vino sagrado. Vaciló un momento eterno. Después, se alejó con velocidad: el historial de vampirismo en sus antepasados era todavía la comidilla del vecindario.

lunes, 5 de septiembre de 2011

domingo, 4 de septiembre de 2011

Último deseo



Con los fusiles ahítos, el pelotón estaba preparado. El condenado a muerte miraba directamente a los ojos de los soldados. No había temor ni había arrogancia en su rostro. Le preguntaron por su último deseo:

-- Quiero revisar mi Facebook.

Se lo concedieron. Le alegró ver que tenía tres nuevas solicitudes de amistad. Las aceptó. Declinó la invitación a un evento. Escribió una despedida en su muro, sin sensiblería ni retórica. Cerró sesión y devolvió el computador portátil.

La cuádruple descarga lo derribó.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Un souvenir de Gomorra

Foto: Flickr

Hacía tiempo que le gustaba, así que la invitó a cenar a su casa. Ella aceptó. ¿La comida? Abundante y exquisita. Serena y cómplice la noche. Sonriente, la invitada pidió a su anfitrión un poco de sal. Él se disculpó: había olvidado colocarla en la mesa.

Estaba decidido a impresionarla, así que fue, hurgó en los cajones y regresó con el meñique izquierdo de la mujer de Lot. Sobresaltada, ella abandonó la casa. Jamás volvieron a verse.

Literatura en grageas

Antes de cargar contra la séptima puerta de Tebas, Polínices se lamentó un instante por el hecho de que todavía no hubieran inventado intercomunicadores ni timbres.
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Desde que vio ese otro rostro en el espejo del baño, empezó a dudar de su singularidad y a emplear invariablemente el plural mayestático.
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Durante la mortuoria pausa previa a su resurrección, Jesucristo aprovechó para leer toda la obra de Virgilio. Flipó con La Eneida. También le pareció que la cuarta égloga profetizaba su llegada, por lo que se prometió preguntar a su padre la razón por la que no estaba ese texto incluido en la Biblia.
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"Hoy es el día de tu muerte", decía el SMS que recibió desde un número desconocido. Escribió una respuesta, pero el paro cardiorrespiratorio se lo llevó antes de que pudiera darle ENVIAR.
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Quiso siempre ser un escritor mainstream. Pero por más que publicó, novela tras novela, jamás pudo dar con una obra maestra. Sin embargo, dos o tres fragmentos suyos sobreviven y lo harán eternamente en las antologías de prosa.
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El tablero electrónico indicaba 40-30; estaba sirviendo para campeonato. Mientras hacía botar excesivamente la pelotita, el tenista serbio pensó por un momento en los mancos y lo duras que debían ser sus vidas. Sirvió: fue un ace.
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Como científico que era, le tocó ir hasta Ñemby a investigar la estatua de la Virgen llorona. La habían colocado en un altar y ya los primeros peregrinos revoloteaban la zona. Tras el análisis, comprobó que eran verdaderamente lágrimas las que fluían. No había engaño. Preparó su informe: solo le llamó la atención que las lágrimas fueran de cocodrilo.

Emiliano R. Fernández, cuentista

Considerarlo un gran poeta es enredarse sin defensión en las inocentes trampas de lo obvio, hablar de su inmortalidad en el alma de nuestro pueblo es incurrir en una perogrullada. Yo tengo para mí que Emiliano fue el poeta más grande que dio nuestro suelo, sin necesidad de agregarle el adjetivo "popular", ni de especificar lengua alguna. Pues se movía con soltura por los terrenos del guaraní, de la lengua de Quevedo, y también por los de su amalgama: el jopara "rudimentario y dulce".

Quizá hubo algún compatriota que escribió mejor que él en español. Hay, tal vez, quien lo hizo mejor en guaraní. Pero si hacemos un balance y buscamos un promedio, teniendo en cuenta la profusión de su obra, la calidad de Emiliano R. Fernández no tiene rival. Prolífico como él sólo. Hay que remontarse hasta Lope de Vega, el Fénix de los ingenios, el Monstruo de la Naturaleza, para encontrar a alguien que pueda ensombrecer sus números. Ya afrontando la lírica o la épica, la calidad de su pluma no amaina. Y, así como la del español, la poesía que escribiera está impregnada de sus vivencias, lo que le otorga una sólida autenticidad.

Es mi objetivo evocar, en estas líneas apretadas, al cuentista que había en nuestro vate. Al menos dos de sus composiciones musicalizadas son perfectos cuentos, que decidió expresar en forma poética, con sus rimas y su métrica justa. Ambas están escritas en guaraní y tienen una longitud mayor a la habitual, superando las diez estrofas. Se sabe que el número de sus poemas dobla el millar, y es seguro que hay muchos más que pueden colocarse dentro del horizonte de sucesos de la narrativa. Aquí nos enfocaremos, sin embargo, en dos de sus más conocidas creaciones.

La primera es aquella canción que lleva por título "Farra chu'i che képe guare", donde con la clásica estructura introducción-nudo-desenlace, Emiliano cuenta que recibe la invitación de Cristo para una descomunal farra en el cielo. Nombres de santos son citados a granel, hay mucha humanidad en ellos, virtudes y defectos como en los dioses de la mitología griega; aparece incluso algún divino ka'u argel. La otra canción que recuerdo es la que se llama "Tujami", tenemos aquí una composición todavía más literaria, con diálogos y pavesas de relato enmarcado. Nuestro poeta conversa con un veterano de la Guerra Grande y le da el pase en profundidad para que narre sus vivencias en aquella contienda de exterminio. Poderosos tropos invaden el texto, lo transitan metáforas geniales como "metralla amandáuicha okukúi".

Emiliano R. Fernández, cuentista, poeta, guerrero, bohemio, homme de lettres, hermano mayor.