miércoles, 28 de abril de 2010

CLAUDIO DÍAZ: POR QUÉ RENUNCIÉ A CLARIN


(La renuncia es del 3-04-2010)

He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.
Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.
A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.
Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio “periodístico” del Planeta Clarín y sus satélites.
La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.

Y hasta la consideré razonable.

Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso “progresista” pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.

Hasta ahí todo bien.

Lo que siguió después es distinto.
Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- “notas blandas”.

Una estupidez, realmente.

Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..
No dieron argumento alguno para justificar la negativa.
La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.
Sin embargo, dije “basta” y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.
Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”.

Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.

En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.

Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!

Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.

A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.

Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.

Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.

Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que “algún día” se les reconocerá la diferencia salarial.

Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, “son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática”, pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?

Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un “inocente” semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.

Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.

En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente…

En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.

Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.

Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.

¡Después cuestionan a D’Elía o a Moyano por las palabras “ofensivas” que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!

La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.

Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus “grupos de choque”.

La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.

Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.

A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.

Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.

Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.

Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.

Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.

POSDATA: Mis queridos amigos: aquí les he reenviado el texto del correo que despaché hoy a compañeros del diario y a los principales jerarcas (Kirschbaum, Roa, Blanck, Van der Kooy, entre otros) explicando los motivos de mi renuncia.
Desde mañana, viernes, dejo de trabajar. Ya saben que también dejo el celular del Grupo.
De modo que para comunicarse conmigo por ahora tienen el teléfono de casa y este correo. Espero contar con un nuevo celular la próxima semana.
Fuerte abrazo para todos.

Claudio.
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Aclaración: este texto habla del Diario Clarín de Argentina, cualquier semejanza con un diario paraguayo sería una simple y chiripera coincidencia.

lunes, 26 de abril de 2010

UNA CONVERSACIÓN CON LA KURIJU

Mirá, yo también soy serpiente, según el Horóscopo Chino, serpiente de fuego hi'ari, así que puedo asegurarte que te entiendo demasiado bien, una empatía ofídica. Te digo y te repito que si pretendés seguir adelante con eso vas a tirar de balde tu dinero, amiga Kuriju. Murállare rembetíta.

Por supuesto que comprendo tus razones, te calumniaron ngo, te acusaron falsamente de haberte tragado a un hombre, como si fueses un tiburón blanco. ¿Te acordás de que cuando toda la prensa paraguaya propaló la noticia fui corriendo a verte? Pensaba que te encontraría inmóvil y amorfa como el forro de un arpa, o como aquella ilustración de El Principito, pero estabas normal nomás, po'i asy, apenas tridimensional. Cuando te interrogué acerca de tu almuerzo de ese día me dijiste que tan sólo te engulliste la credibilidad de la prensa y fue entonces que te pregunté si estabas a dieta o mal del estómago para comerte algo tan liviano, un mísero snack.

Mirá, entiendo cómo te sentís, chamiga, porque vos sabés que a mí también me difamaron y que puedo hablar con pleno conocimiento de causa. Ya te conté mi caso. Ambos fuimos calumniados en primera plana (aunque vos puedas jactarte de protagonismo en más medios de prensa, en mi caso nadie se hizo eco, pues se dieron cuenta de lo que se trataba: "jagua ry’ai de la competencia"). A vos te acusaron de antropófaga y a mí de ser el cerebro de una campaña contra un diario cuya sección más creíble es la del horóscopo. Pero tenés que mantener la sangre fría nomás, como siempre, actuá como un reptil, ah, bueno, sos luego un reptil.

¿Que el Sindicato de Kurijus no salió a defenderte ante la calumnia? Es normal nio, kapelú. Tampoco en mi caso la Sociedad de Plumíferos del Paraguay hizo declaración alguna. Prefirieron refugiarse nomás en la comodidad cobarde de un silencio catedralicio. No quieren meterse, tenés que mirar las cosas desde su cristal, tienen miedo, py’a mirï piriri. Claro que es un silencio cómplice, ¿cómo podría discutirte eso?

Sé que vos no te podrías comer a un hombre ni aunque quisieras. Pero la prensa en Paraguay ko es así, a medio camino entre Goebbels y Rocambole. Yo también puedo decirte que para demostrar que ese fraudulento dossier fue labrado en la Calle Yegros basta con mirar las propiedades del archivo PDF. Puede verse claramente que dice Author: ischvartzman, que es la letra inicial y el apellido de una persona que trabaja en ese diario, pero no ahondaré en esto porque es mejor que entre chivos expiatorios no nos estiremos las barbas (¿no, Iván?).

Sí, Kuri, no te voy a negar que tenés razón, es cierto, estamos en un estado de total indefensión ante ellos. Estos de la prensa ko matonean, incurren en despotismo mediático de alta concentración, tienen una lengua viperina (¡oh, perdón!), son unas víboras, ndéra, disculpámena, parece que hoy me orbitan los lugares comunes como incordiantes satélites. Viborita, vos tendrías que estar agradecida siqué, agradecida a Maquiabel Rehnfeldt, Noisy Espínola y Perfidio Ruiz Díaz, el poderoso Equipo CSI (Crime Scene Invention) del verborrágico pasquín que a veces dice la verdad, porque de haber querido, ellos pudieron hacerte aparecer como la devoradora de una familia entera y no sólo de un hombre, y hasta pudieron haber publicado que fuiste mascota del EPP primero y que ahora sos el indiscutible líder de sangre fría.

Por eso, tranqui nomás Kuriju, no hay por qué rasgarse las escamas por este episodio. Te digo que no y te lo repito. No hace falta que quieras forzar un cambio de piel para que no te reconozcan cuando andes por ahí. Nada hay de qué preocuparse, acordate de que en Paraguay nadie luego gana ni pierde reputación; la línea es siempre plana, como el encefalograma de una piedra. Vos andá nomás a reptar por ahí como si nada hubiese pasado. Y, serpientita, acordate de aquello de Goethe: si vas a resplandecer como la luna tendrás que acostumbrarte a que los perros te ladren.

Profe, tranquila nomás, no hace falta nio que te sulfures luego. Eñecalmá! Te digo que si les querés demandar vas a perder y lejos, te van a golear por 6 a 0. Yo consulté con varios abogados y todos me dijeron que sería en vano, que aquí no se juzga con la misma vara, que la plastilina es menos maleable que la justicia paraguaya y que, aunque las pruebas en contra de ellos sean abrumadoras, generalmente el juez fallará a favor del diario para quedar bien con la prensa, para que lo consideren el paladín de la libertad de expresión.

Por eso, amiga Kuriju, yo te aconsejo que no los demandes, quedate nomás en el molde, epena'ÿ hese kuéra, porque vos sabés que la inocencia te escuda y tampoco ignorás que al final, de alguna manera, la verdad siempre se las arregla para levantar la cabeza y sacudirse del fango.

Y ahora, Kuri, dejemos de hablar y dame un fuerte abrazo mba'e.

domingo, 25 de abril de 2010

De por qué estoy en contra de la Campaña "ABC Miente"


Porque -como decía Quevedo- al ser amarga la Verdad, quiero echarla de la boca y si al alma su hiel toca, esconderla es necedad.

Porque en estos asuntos, para mí, la disyuntiva está siempre entre blanco o negro, sin cabida para las tibias escalas de grises.

Porque, parafraseando a Pitágoras, hasta un átomo de Verdad puede hacer sombra sobre una mentira a la que se creía químicamente pura y degradarla hasta la categoría de simple aleación.

Porque soy un enemigo público y declarado de las generalizaciones de cualquier linaje.

Porque, con esta visión, para que la afirmación "ABC Miente" sea verdadera es necesario que absolutamente todo lo que salga en ese diario sea mentira. Y yo doy fe de que la fecha ubicada en la parte superior, tanto en la versión impresa como en la digital, ha sido siempre rigurosamente cierta e inocente de toda manipulación.

viernes, 23 de abril de 2010

Descargo periodístico


Ejerciendo mi constitucional derecho a réplica, envié una carta al Diario ABC Color, respecto a la calumnia tamaño portaaviones de la que me hicieron objeto. Aquí se la puede leer:


Ha sido publicada hoy, tanto en el medio impreso como en el digital. Debido a que ningún otro diario -por razones más que obvias- se hizo eco del rocambolesco invento de ABC, la carta saldrá publicada sólo allí.

Darla a conocer en los demás medios escritos implicaría comprar millonarios espacios reservados y, puestos a gastar, prefiero enviarle la plata a mi madre, para que compre varias camionadas de arena gorda con las que rellenar el patio de casa, tan erosionado por las últimas lluvias.

miércoles, 21 de abril de 2010

Sucedió en abril

Esta semana, descubrí que hay silencios que pueden doler todavía más que una calumnia de primera plana.

Esta semana, descubrí que el silencio a veces puede ser cómplice y también herir como un fragmento de vidrio.

Esta semana recordé, muchas veces, que para que el mal triunfe sólo hace falta que los buenos no hagan nada.

Y también en esta semana pensé, y me repetí, que una mentira no se vuelve verdad sólo porque un millón de borregos crea en ella.

jueves, 15 de abril de 2010

SÓLO LA LLUVIA

La lluvia del sueño era diferente; indecisa e introvertida, era como si pidiera permiso para manifestarse. La que caía en la vigilia, en cambio, tenía un carácter decidido. Potente y panteísta, extendía sus dedos en todas las direcciones y horadaba la realidad con determinación. Podía sentir su furia cayendo sobre mi rostro, empapándome el cabello, deslizándose como una serpiente en picada por mis brazos en alto.

Con mi espalda apretada contra la pared, pude pensar un momento en la lluvia que caía y en su diferencia palpable con respecto a la tenue llovizna de mi sueño de la noche anterior. Por qué era diferente la lluvia? Qué podía significar? Era un símbolo cuya comprensión se me había negado?

Entre el sueño y la realidad sólo la lluvia era distinta. El resto era exactamente igual: la oscuridad alevosa de ese atajo, la raída camiseta cerrista del asaltante y el revólver temeroso que me enfriaba la sien.