domingo, 26 de febrero de 2012

Los beneficios del Luisón argentino


El Luisón fue el séptimo hijo varón de Tau y Kerana, esa pareja maldita y procreadora de monstruos. En Argentina y Paraguay está muy extendida la creencia de que si nace un séptimo hijo varón en la familia, será indefectiblemente un Luisón y arrastrará consigo la maldición. Ello llevaba a mucha gente a deshacerse del séptimo vástago, dejándolo morir de inanición cuando no entregándolo a la muerte de forma más rápida.

Los gobiernos tomaron cartas en el asunto. Para aliviar el estigma que llevaban encima estos prójimos, los presidentes de ambos países empezaron a convertirlos en sus ahijados. Con semejante padrino uno tenía que indefectiblemente subir en la escala social y ganarse una aureola de respeto, aunque fuera por temor a tocar al "ahijado del presi". El hecho, por supuesto, no impedía el crecimiento de abundante vello ni los periódicos aulidos.

Juan Domingo Perón, el entonces presidente de Argentina, fue todavía más lejos. En 1973 dió un marco legal a esa costumbre. A través del decreto No. 848, otorgaba una medalla de oro al séptimo hijo varón, además de becas completas para estudios primarios, secundarios y universitarios.

Es por eso que los luisones argentinos son más cultos que los nuestros y en las noches de luna llena, entre sus aullidos con tono rioplatense, citan a Shakespeare y Aristóteles, al tiempo que olfatean el aire para localizar la tumba más fresca.

sábado, 18 de febrero de 2012

Elogio de la elocuencia


Hace tres años, en el "Hay Festival" de Cartagena de Indias, hablé un momento con Juan Villoro, apenas terminada la presentación que hizo de la novela de Isabel Fonseca (esposa de Martin Amis). El diálogo fue breve porque enseguida llegaron cámaras y micrófonos que rodearon al escritor mexicano y empezaron a sucederse las preguntas y respuestas. Vi al periodista arrojarle preguntas como piedras; a la clásica de qué libros llevaría a la isla desierta, le seguiría una solicitud de opinión sobre la política exterior de Estados Unidos y luego otra pregunta no menos ardua: ¿qué es para usted la paz? Contemplé admirado la tranquilidad bovina con que el entrevistado salía del paso, replicando con suficiencia y casi sin tomar aire.

Villoro ha vuelto a Colombia. El sábado pasado, unas trescientas personas pudimos dialogar con él merced a la twitcam organizada por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. A través de dicha herramienta tecnológica -desde nuestros respectivos hogares- formulamos preguntas que le eran luego transmitidas por el moderador. ¡Dichosos tiempos estos que permiten tal nivel de interacción entre el escritor y sus lectores!

Otra vez podía verse al mexicano en su salsa, dando fluidas respuestas a interrogantes de todo linaje. Y es que el gran manejo que tiene del lenguaje se manifiesta no solo en su obra periodística y de ficción. Su ingenio y elocuencia se adaptan a todo, incluso a la tiranía de los 140 caracteres que impone como límite la red social Twitter, donde unas 65.000 personas siguen a su usuario @JuanVilloro56.

Lo que dice del ex futbolista Valdano puede uno aplicarlo a él mismo, pues Juan Villoro tiene la capacidad de hablar de cualquier tema y de hacerlo con una trabajada prosa mental: de su cabeza salen ya editadas las frases. Es innegable que estamos ante uno de los grandes escritores contemporáneos de nuestra lengua y estoy convencido de que es cada vez menor el número de años que lo separan de su Premio Cervantes.

martes, 14 de febrero de 2012

Hércules letradito

Por el modo en que Hércules engañó a Atlas para no tener que soportar el cielo sobre sus hombros se puede concluir que su ingenio no era inferior al de Odiseo. Pero ciertamente su tamaño y fuerza no colaboraban para que la gente le reconociera eso: ni siquiera en la esfera mitológica es posible escapar de los prejuicios.

Sin aviso

Pobre Virgilio: nadie le avisó que era imposible emular la hazaña literaria de aquel pueblo que escribió La Ilíada. Por eso lo logró.

lunes, 13 de febrero de 2012

Oooole!

Poco antes de darle muerte, Teseo sacó la capa tejida por Ariadna y lo empezó a torear. Perdido en el laberinto de la impotencia y la rabia, el Minotauro embistió una y otra vez la bamboleante tela roja. El juego llegó a su fin cuando el inmisericorde acero del héroe se internó en su carne mitológica.

Empatía

Cuando le anularon -por posición adelantada- su gol de chilena, el culto delantero no miró con animadversión al juez de línea. Simplemente se levantó, sacudió de su vestimenta las sanguijuelas del pasto y creyó sintonizar con lo que sintió Héctor al enterarse de que no había dado muerte a Aquiles sino a Patroclo.

Precursor

Mucho antes del Richard III de Shakespeare, entre los muros de Troya hubo también un rey que dijo "mi reino por un caballo". Aunque su sentido era ligeramente distinto.

domingo, 12 de febrero de 2012

Argumento


Pero ¿cómo me dice que no sé de tauromaquia si llevo veinte años de casado?, dijo el hombre mirándome con fijeza.
Convencido, le alcancé la capa, el estoque y entró al ruedo.