jueves, 15 de abril de 2010

SÓLO LA LLUVIA

La lluvia del sueño era diferente; indecisa e introvertida, era como si pidiera permiso para manifestarse. La que caía en la vigilia, en cambio, tenía un carácter decidido. Potente y panteísta, extendía sus dedos en todas las direcciones y horadaba la realidad con determinación. Podía sentir su furia cayendo sobre mi rostro, empapándome el cabello, deslizándose como una serpiente en picada por mis brazos en alto.

Con mi espalda apretada contra la pared, pude pensar un momento en la lluvia que caía y en su diferencia palpable con respecto a la tenue llovizna de mi sueño de la noche anterior. Por qué era diferente la lluvia? Qué podía significar? Era un símbolo cuya comprensión se me había negado?

Entre el sueño y la realidad sólo la lluvia era distinta. El resto era exactamente igual: la oscuridad alevosa de ese atajo, la raída camiseta cerrista del asaltante y el revólver temeroso que me enfriaba la sien.

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