El mediocre y barbudo conductor del no menos mediocre programa de preguntas y respuestas me dijo: ¿con qué mano las prefería Onán? ¿Con la diestra? ¿Era zurdo?.
Me puse a meditar en la pregunta, si respondía correctamente me adueñaría de la punta y dejaría relegados como segundones a los del colegio cheto (una justicia poética en favor de la tan vilipendiada educación pública).
Pero cuando estuve a punto de responder lo de "a mano cambiada", sonó el timbre y me indicó que mi tiempo se había agotado.
clínicas de obra
Hace 3 años
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