sábado, 6 de mayo de 2017

Un soneto incendiario de Tomás Segovia



VI
No sabréis nunca el odio que alimento,
infame tejedor, sastre canalla,
hipócrita modista que mal haya,
por vuestro arte y su cruel tormento.
Pues ¿no es infamia, niña, que un fragmento
de nylon deleznable, o una malla
de fino jersey sean la muralla
en que se estrella el ardor más violento;
y una hebra del éxtasis me aparte
y cierre el paso a tu pezón, y el grueso
de un hilo al foso que mi sexo anhela?
Más yo haré trizas tu textil baluarte,
y he de asaltar tu piel a puro beso,
y al ariete forzar tu ciudadela…

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