martes, 17 de septiembre de 2013

Acercamiento a lo desconocido

Iniciar un cuento, un poema, o bien, un libro, es a la vez emprender un viaje. Por más que se tenga una idea pre-elaborada de a dónde se quiere llegar, es una puerta que se abre hacia el mar de lo desconocido. Y Javier Viveros sabe de esto.
Narrador nato, escritor de cuanto género se le cruce en el camino (poesía, cuentos, cómics y letras de canciones, por citar algunos), Viveros no le ha rehuido a esa puerta abierta con invitación al mar, o a la exploración de los cielos que hagan techo a su estadía circunstancial en cualquier parte del mundo. Pero no solo eso, sino que Javier se ha atrevido a contarnos los mundos que habitan en la tierra, mundos en los que fue buceando con interés e imaginación para relatarnos luego algunos de los misterios encontrados en ellos, con sus personajes y sus posibilidades, con sus fantasías y sus sorpresas.
El libro que presentamos hoy es una prueba de ello. Escritos entre el 2008 y el 2010 durante su estadía por varios países del continente africano, los trece cuentos de Manual de esgrima para elefantes nos acercan un poco de la historia, las creencias, las prácticas y las costumbres de un continente lejano y mágico, por lo distante y desconocido; como sufrido y cercano también lo es, por los colmillos y las acechanzas clavados en su tierra.
Así, nos encontraremos con detalles fascinantes del mundo mágico de las creencias en los cuentos “Déjà vu(dú)”, “Sepultando a Kweku Mensah”, “Fantasmas”, los que nos acercarán al misterio eficiente de la fe ante lo inexplicable, e incluso inentendible, para la razón occidental.
Los cuentos “La lista”, “París-Dakar”, “Passing shot”, y “Al jefe algo le pasa” describen ciertas características de las sociedades africanas, y permiten encontrar semejanzas y diferencias con nuestra realidad, sobre todo desde las distintas formas de marginalidad que se desarrollan en las mismas; mientras que “Putas rusas” y “Primera semana” dan el toque de hilaridad a la densidad conjunta de las realidades descritas.
Pero es en los cuentos “Ruándicas”, y en especial “Un pecado capital” en los que Viveros logra el acercamiento más profundo a la historia reciente africana, y nos acerca a ella como una cortina de agua que se deja ver traslúcida. El primero (“Ruándicas”) es un relato descarnado del Genocidio de Ruanda ocurrido en 1994, cuando el gobierno y las fuerzas hutus (hegemónicas en el poder por aquel entonces) realizaron un intento de exterminio de la minoría tutsi, asesinando a unos 800mil de estos, según los números que se estiman. Por su parte, “Un pecado capital” no es solo un gran cuento donde el hilo narrativo no se afloja ni un solo instante, sino que es, a su vez, un alegato en contra de las “alianzas políticas” que realizan los gobiernos del tercer mundo con las grandes empresas multinacionales.
En este último relato, una misteriosa voz irrumpe en el dial de una radio local y ofrece una clave para entender la peligrosidad y el sin sentido de las patrañas del poder y sus ostentadores. “No importa mucho quién soy –dice la voz-. Lo que realmente interesa es que tengo un mensaje para todos ustedes”, y comienza entonces un atrapante relato sobre la desgracia que significa para la República Democrática del Congo el contar en su territorio con el 80% de las reservas de un mineral indispensable para la carrera tecnológica de esta era: el coltán.
Esta voz anónima –convertida en personaje innominable de este fabuloso cuento- denuncia igualmente la guerra entre naciones africanas, con sus grupos rebeldes armados, ejércitos regulares y milicias, surgidas para lograr el dominio de los territorios en los que se encuentran los yacimientos del coltán, y apoderarse de la extracción y el tráfico del conocido “oro azul” para su comercialización. En todo esto, un acaudalado empresario devenido a político, se candidata a gobernador del estado de Rhode Island, y es el preferido de todas las encuestas.

“Pasaron los años y Timothy Kingston se convirtió en uno de los hombres más acaudalados de Estados Unidos. Su fotografía en la portada de Forbes. Abrió numerosas empresas, diversificó los rubros de su inversión. Su dinero produjo más dinero. Yo sabía que su origen era el tráfico de coltán. Dinero manchado con el dolor de tantos congoleses. Pero a nadie voy a engañar, no es por esa gente que me preocupo sino por nosotros. El que se hizo rico explotando a pobres africanos quiere ahora ser gobernador de Rhode Island, es con ese dinero sucio que quiere comprar el camino a la gobernación de nuestro estado. Conviene que sepan estas cosas acerca de la persona que nos ofrece el Partido Republicano, se podrán imaginar lo que nos espera si un individuo así llega al poder. De la gobernación a la presidencia.”

¿Suena conocido esto? ¿Es relato fiel la ficción, o la historia indefectiblemente se filtra por todas las rendijas de la literatura?
Para recorrer estos cuentos quizás necesitemos un poco de todas estas cosas: de relato, de fidelidad, de ficción, de la historia, de lo indefectible, de los filtros, de las rendijas y, sobre todo, de la literatura. Pero no es eso lo que importa en la totalidad del libro.
Lo importante, creo, son las puertas entreabiertas que aparecen repentinas al costado del camino, y su invitación a bucear por territorios desconocidos.
Pero también importan los espejos que nos muestran las semejanzas y las diferencias con las realidades de otros sitios. Y en este punto, Manual de esgrima para elefantes es una incorporación de lujo a la cada vez más extensa (e intensa) colección de narrativa paraguaya contemporánea, y un pico muy alto en la escalada ascendente de la obra de Javier Viveros.
Les invito entonces a emprender el viaje que ofrece la lectura de este Manual… Tal vez nos encontremos en lo desconocido, o veamos los reflejos que guarda el futuro en un relámpago como déjà vu, o en una voz que simplemente nos cuente el mensaje que tiene para contar.
Muchas gracias.

Asunción, 13 de setiembre de 2013

Este es el texto que leyó el poeta Eulo García el día de la presentación del "Manual de esgrima para elefantes".

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