Fuente: Pyzam.com
Hoy, domingo 16 de mayo, regresé a Accra luego de un viaje relámpago a la capital de Togo. Cuando llegué, encontré al sueco Gunnar, mi compañero de apartamento, viendo el televisor y quejándose en voz alta, en la lengua de su país. Luego de los saludos de rigor, le dije:
—¿Qué pasa? ¿Hay problemas con la televisión por cable?
Me contestó que no, que el cable funcionaba perfectamente, pero que le tocaba hacer zapping entre los canales 203 y 206 de DSTV, porque estaba jugando el Barcelona el partido en que podía ganar otra vez La Liga (Gunnar era fan de su compatriota Ibrahimović) y que al mismo tiempo se estaba disputando la final del Master de Madrid, con otro Nadal-Federer para la historia.
Cuando supe del motivo de su queja, enseguida me vino a la cabeza la sentencia "chora de barriga cheia". Llora de barriga llena. Una expresión acuñada por los brasileños y de la que me enteré gracias a mi amigo El Balta: el gran Ever Salazar.
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