Fuente: www.duveryork.net
Era obvio que al arroz le faltaban al menos dos minutos más de cocción y que se les había ido la mano con la mayonesa; aun así, la ensalada resultante era esencialmente respetable. También se notaba que la carne fue cocinada a los apurones. Aunque a mí nada de eso me importó, porque en ese lugar la conocí a ella, allí encontré al amor que cambió mi realidad para siempre.
Fue en una pollada, Señorita Laura.
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