Poco antes de darle muerte, Teseo sacó la capa tejida por Ariadna y lo empezó a torear. Perdido en el laberinto de la impotencia y la rabia, el Minotauro embistió una y otra vez la bamboleante tela roja. El juego llegó a su fin cuando el inmisericorde acero del héroe se internó en su carne mitológica.
clínicas de obra
Hace 3 años
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