miércoles, 10 de julio de 2013

Última semana

Hasta este lunes 15 de julio podrán inscribir sus cuentos los interesados en participar del concurso Premio Itaú Cuento Digital.

El concurso de cuentos organizado por las Fundaciones Itaú de Paraguay, Argentina y Uruguay en conjunto con el Grupo Alejandría, ha logrado una buena repercusión superando las expectativas de participación a nivel local y también alcanzando muy buena participación en los demás países.

Con este premio se busca generar un espacio para que nuestros compatriotas, especialmente a los jóvenes, tengan  la oportunidad de competir, demostrar sus valores y figurar en una antología regional, a través del uso adecuado de la tecnología”,.

Los participantes pueden inscribirse en las categorías Sub 17, Escritores (18 a 40 años), Clientes Itaú (de 14 años en adelante sin límite de edad) y Colaboradores de Itaú. Los cuentos pueden ser cargados a través de http://www.premioitau.org, deberán tener una extensión máxima de 8.000 caracteres con espacios y con un peso máximo de 10 MB. Podrán ser individuales o de creación colectiva; el tema a desarrollar es libre y el cuento debe ser inédito.

A partir de agosto los cuentos serán evaluados por un Comité de Lectura compuesto por escritores de Paraguay, Argentina y Uruguay. Representando a nuestro país, trabajarán en esta preselección los escritores Mónica Bustos y Javier Viveros. La selección final estará a cargo del jurado, del cual participa el escritor paraguayo José Perez Reyes junto con Silvia Hopenhayn, Andrés Neuman y Claudia Piñeiro por Argentina y Gustavo Espinosa por Uruguay.

Premios

Categoría Escritores de 18 a 40 años:

* Primer premio (Gs.5.000.000), segundo premio (Gs. 2.500.000) y tercer premio (Gs. 1.500.000).
* Publicación de la obra en una antología digital.

Categorías Sub 17, Clientes y Colaboradores de Itaú:
* Publicación de la obra en una Antología digital.
* Una tablet.

Para consultas sobre el concurso está disponible la siguiente dirección de correo electrónico: sustentabilidad@itau.com.py.

Invitación


miércoles, 3 de julio de 2013

Petit interview

En este enlace está la pequeña entrevista que me hicieron los de la revista brasileña "Musa rara".

martes, 18 de junio de 2013

La ventana abierta


-Mi tía bajará enseguida, señor Nuttel -dijo con mucho aplomo una señorita de quince años-; mientras tanto debe hacer lo posible por soportarme.

Framton Nuttel se esforzó por decir algo que halagara debidamente a la sobrina sin dejar de tomar debidamente en cuenta a la tía que estaba por llegar. Dudó más que nunca que esta serie de visitas formales a personas totalmente desconocidas fueran de alguna utilidad para la cura de reposo que se había propuesto.

-Sé lo que ocurrirá -le había dicho su hermana cuando se disponía a emigrar a este retiro rural-: te encerrarás no bien llegues y no hablarás con nadie y tus nervios estarán peor que nunca debido a la depresión. Por eso te daré cartas de presentación para todas las personas que conocí allá. Algunas, por lo que recuerdo, eran bastante simpáticas.

Framton se preguntó si la señora Sappleton, la dama a quien había entregado una de las cartas de presentación, podía ser clasificada entre las simpáticas.

-¿Conoce a muchas personas aquí? -preguntó la sobrina, cuando consideró que ya había habido entre ellos suficiente comunicación silenciosa.

-Casi nadie -dijo Framton-. Mi hermana estuvo aquí, en la rectoría, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para algunas personas del lugar.

Hizo esta última declaración en un tono que denotaba claramente un sentimiento de pesar.

-Entonces no sabe prácticamente nada acerca de mi tía -prosiguió la aplomada señorita.

-Sólo su nombre y su dirección -admitió el visitante. Se preguntaba si la señora Sappleton estaría casada o sería viuda. Algo indefinido en el ambiente sugería la presencia masculina.

-Su gran tragedia ocurrió hace tres años -dijo la niña-; es decir, después que se fue su hermana.

-¿Su tragedia? -preguntó Framton; en esta apacible campiña las tragedias parecían algo fuera de lugar.

-Usted se preguntará por qué dejamos esa ventana abierta de par en par en una tarde de octubre -dijo la sobrina señalando una gran ventana que daba al jardín.

-Hace bastante calor para esta época del año -dijo Framton- pero ¿qué relación tiene esa ventana con la tragedia?

-Por esa ventana, hace exactamente tres años, su marido y sus dos hermanos menores salieron a cazar por el día. Nunca regresaron. Al atravesar el páramo para llegar al terreno donde solían cazar quedaron atrapados en una ciénaga traicionera. Ocurrió durante ese verano terriblemente lluvioso, sabe, y los terrenos que antes eran firmes de pronto cedían sin que hubiera manera de preverlo. Nunca encontraron sus cuerpos. Eso fue lo peor de todo.

A esta altura del relato la voz de la niña perdió ese tono seguro y se volvió vacilantemente humana.

-Mi pobre tía sigue creyendo que volverán algún día, ellos y el pequeño spaniel que los acompañaba, y que entrarán por la ventana como solían hacerlo. Por tal razón la ventana queda abierta hasta que ya es de noche. Mi pobre y querida tía, cuántas veces me habrá contado cómo salieron, su marido con el impermeable blanco en el brazo, y Ronnie, su hermano menor, cantando como de costumbre "¿Bertie, por qué saltas?", porque sabía que esa canción la irritaba especialmente. Sabe usted, a veces, en tardes tranquilas como las de hoy, tengo la sensación de que todos ellos volverán a entrar por la ventana...

La niña se estremeció. Fue un alivio para Framton cuando la tía irrumpió en el cuarto pidiendo mil disculpas por haberlo hecho esperar tanto.

-Espero que Vera haya sabido entretenerlo -dijo.

-Me ha contado cosas muy interesantes -respondió Framton.

-Espero que no le moleste la ventana abierta -dijo la señora Sappleton con animación-; mi marido y mis hermanos están cazando y volverán aquí directamente, y siempre suelen entrar por la ventana. No quiero pensar en el estado en que dejarán mis pobres alfombras después de haber andado cazando por la ciénaga. Tan típico de ustedes los hombres ¿no es verdad?

Siguió parloteando alegremente acerca de la caza y de que ya no abundan las aves, y acerca de las perspectivas que había de cazar patos en invierno. Para Framton, todo eso resultaba sencillamente horrible. Hizo un esfuerzo desesperado, pero sólo a medias exitoso, de desviar la conversación a un tema menos repulsivo; se daba cuenta de que su anfitriona no le otorgaba su entera atención, y su mirada se extraviaba constantemente en dirección a la ventana abierta y al jardín. Era por cierto una infortunada coincidencia venir de visita el día del trágico aniversario.

-Los médicos han estado de acuerdo en ordenarme completo reposo. Me han prohibido toda clase de agitación mental y de ejercicios físicos violentos -anunció Framton, que abrigaba la ilusión bastante difundida de suponer que personas totalmente desconocidas y relaciones casuales estaban ávidas de conocer los más íntimos detalles de nuestras dolencias y enfermedades, su causa y su remedio-. Con respecto a la dieta no se ponen de acuerdo.

-¿No? -dijo la señora Sappleton ahogando un bostezo a último momento. Súbitamente su expresión revelaba la atención más viva... pero no estaba dirigida a lo que Framton estaba diciendo.

-¡Por fin llegan! -exclamó-. Justo a tiempo para el té, y parece que se hubieran embarrado hasta los ojos, ¿no es verdad?

Framton se estremeció levemente y se volvió hacia la sobrina con una mirada que intentaba comunicar su compasiva comprensión. La niña tenía puesta la mirada en la ventana abierta y sus ojos brillaban de horror. Presa de un terror desconocido que helaba sus venas, Framton se volvió en su asiento y miró en la misma dirección.

En el oscuro crepúsculo tres figuras atravesaban el jardín y avanzaban hacia la ventana; cada una llevaba bajo el brazo una escopeta y una de ellas soportaba la carga adicional de un abrigo blanco puesto sobre los hombros. Los seguía un fatigado spaniel de color pardo. Silenciosamente se acercaron a la casa, y luego se oyó una voz joven y ronca que cantaba: "¿Dime, Bertie, por qué saltas?"

Framton agarró deprisa su bastón y su sombrero; la puerta de entrada, el sendero de grava y el portón, fueron etapas apenas percibidas de su intempestiva retirada. Un ciclista que iba por el camino tuvo que hacerse a un lado para evitar un choque inminente.

-Aquí estamos, querida -dijo el portador del impermeable blanco entrando por la ventana-: bastante embarrados, pero casi secos. ¿Quién era ese hombre que salió de golpe no bien aparecimos?

-Un hombre rarísimo, un tal señor Nuttel -dijo la señora Sappleton-; no hablaba de otra cosa que de sus enfermedades, y se fue disparado sin despedirse ni pedir disculpas al llegar ustedes. Cualquiera diría que había visto un fantasma.

-Supongo que ha sido a causa del spaniel -dijo tranquilamente la sobrina-; me contó que los perros le producen horror. Una vez lo persiguió una jauría de perros parias hasta un cementerio cerca del Ganges, y tuvo que pasar la noche en una tumba recién cavada, con esas bestias que gruñían y mostraban los colmillos y echaban espuma encima de él. Así cualquiera se vuelve pusilánime.

La fantasía sin previo aviso era su especialidad.

Saki

miércoles, 22 de mayo de 2013

Premio Itaú de Cuento Digital

En una Reunión de Prensa que se realizó el martes 21 de mayo, en el Espacio Cultural Itaú Arlequín se dieron a conocer detalles de la presentación en Paraguay del "Premio Itaú Cuento Digital 2013". Se trata de un concurso de cuentos en formato digital, organizado por las fundaciones Itaú de Paraguay, Argentina y Uruguay y el Grupo Alejandría, del que pueden participar jóvenes escritores y aficionados y clientes en general del banco Itaú. 

Los detalles fueron dados a conocer en la reunión informativa por Patricia Torrents, directora de la Fundación Itaú Paraguay. Estuvieron también presentes José Pérez Reyes, miembro del Jurado Regional por Paraguay; y Mónica Bustos y Javier Viveros, miembros del Comité de Lectura en Paraguay.

Esta es la primera acción regional realizada en conjunto por las Fundaciones de Argentina, Paraguay y Uruguay las cuales buscan generar espacios que promuevan la cultura, y brinde oportunidades a sus protagonistas.

"El arte transforma las personas, por eso apostamos a generar este nuevo espacio dando a nuestros compatriotas, especialmente a los jóvenes, la oportunidad de competir, demostrar sus valores y figurar en una antología regional, a través del uso adecuado de la tecnología", dijo Torrents. 

Por su parte los miembros del Comité de Lectura y Jurado resaltaron la transparencia en el proceso de selección al participar representantes de otros países en la selección de las piezas, así como también la facilidad de suscripción al poder realizarlo a través de una plataforma web.

Categorías
- Escritores de entre 18 y 40 años.
- Sub 17, para escritores de entre 14 y 17 años. 
- Clientes de banco Itaú, sin distinción de edad.

Plazos y condiciones
Las obras podrán ser presentadas hasta el lunes 15 de julio de 2013. Ellas deberán tener una extensión máxima de 8.000 caracteres con espacios y deberán ser cargadas en www.premioitau.org. Pueden incluir, a decisión del autor, hipervínculos, imágenes, sonidos, videos y otros recursos, siempre privilegiando la calidad del relato. 

Un comité de lectura, de reconocida trayectoria, seleccionará las obras a ser evaluadas por el jurado, el cual está integrado, aparte del paraguayo Pérez Reyes, por Silvia Hopenhayn, Andrés Neuman y Claudia Piñeiro (Argentina) y Gustavo Espinosa (Uruguay). Los textos ganadores serán anunciados en noviembre del corriente año.

Premios 
Categoría Escritores de 18 a 40 años: 
-Primer premio (G.5.000.000), segundo premio (G. 2.500.000) y tercer premio (G. 1.500.000).
-Publicación en la Antología digital de la obra de los 3 ganadores y de hasta 9 obras 
       adicionales, seleccionadas por el jurado.
Categorías Sub 17 (14 a 17 años) y Clientes:
-Publicación en la Antología digital -6 en categoría Sub 17, y hasta 3 en Clientes-.

Cada uno de los autores publicados recibirá una Tablet PC, excepto los tres premiados.
Más información se puede obtener en el sitio  www.premioitau.org.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Metamorfosis


La ventana empañada
de un auto que amanece en el invierno.

Escribo allí tu nombre
y ya no es solo un auto entre los autos.

martes, 26 de marzo de 2013

Otra reseña del Manual de Esgrima

He aquí el texto del comentario de Eulo García acerca de mi último libro de cuentos; el texto fue publicado por el suplemento Correo Semanal del diario Última Hora.



Kotoka, aeropuerto de la ciudad de Accra, capital de la República de Ghana, en la punta oeste del continente africano. Hasta allí llega el personaje paraguayo, un auditor externo de una poderosa empresa europea de televisión, a fin de realizar uno de los trabajos acostumbrados: visitar sucursales de la compañía y realizar una auditoría informática y contable ordenada por la central, debido a rumores de fraudes contra la empresa. Trabajo para nada simpático, pero obligación al fin. En Kotoka espera Mawusi, quien será el chófer local del auditor paraguayo, y le contará detalles incomprensibles, para el auditor, sobre la tribu ewe, y ciertas prácticas mágicas normales para su cultura. Mawusi será, a su vez, el primer Virgilio que nos llevará a recorrer los jardines y los desiertos lejanos, de una cultura tan rica como lejana para quienes conocemos África sólo por mapas y noticias desesperanzadoras para la humanidad.

Diferencias y semejanzas
Mawusi es un personaje de “Déjà Vu(Dú)”, el primer cuento del libro Manual de esgrima para elefantes, del narrador paraguayo Javier Viveros (Asunción, 1977) que tiene la particularidad de haber sido publicado a fines del año pasado por dos editoriales extranjeras: Ediciones Encendidas, de Argentina; y Rubeo, de España.
Particular pero no extraña la publicación de este libro por editoras de otros países. Viveros es un autor prolífico que escogió el cuento como su oficio narrativo. De hecho, Manual de esgrima para elefantes es su tercer libro de cuentos. Anteriormente publicóLa luz marchita (2005); y Urbano, demasiado urbano (2009); a más del título Ingenierías del insomnio (2008), escrito de manera conjunta con su hermana, la escritora Diana Viveros.
Manual de esgrima… reúne trece relatos escritos por Viveros entre los años 2008/10, época en la que vivió en el continente africano y estuvo en contacto con las vivencias y las costumbres propias de la población. Del contacto con el mundo mágico de las creencias surgen los detalles fascinantes de “Déjà Vu(Dú)”, “Sepultando a Kweku Mensah”, “Fantasmas”, que nos acerca el misterio eficiente de la fe ante lo inexplicable, e incluso inentendible, para la razón occidental.
“La lista”, “París-Dakar”, “Passing shot”, y “Al jefe le pasa algo” describen ciertas características de las sociedades africanas, y permiten encontrar semejanzas y diferencias con la nuestra, sobre todo desde las distintas formas de marginalidad que se desarrollan en las mismas. “Putas rusas” y “Primera semana” dan el toque de hilaridad a la densidad conjunta de las realidades descritas. Otros cuentos del volumen son “Riqueza interior” y “Una de Nollywood”.

Historia reciente
Pero es en los cuentos “Ruándicas”, y en especial “Un pecado capital” donde Viveros logra el acercamiento más profundo a la historia reciente africana. El primero es un relato descarnado del Genocidio de Ruanda, en el que el gobierno y las fuerzas hutus (hegemónicas en el poder) realizaron un intento de exterminio de la minoría tutsi, causando cientos de miles de muertos (se habla de ochocientos mil tutsis asesinados en esa ocasión). “Un pecado capital”, por su parte, es no sólo un alegato en contra de las “alianzas políticas” que realizan los gobiernos del tercer mundo con las grandes empresas multinacionales. Meses antes de la elección para gobernador de Rhode Island, una alocución irrumpe en una radio local y alerta a la población sobre los antecedentes de un candidato a gobernador. “No importa mucho quién soy. Lo que realmente interesa es que tengo un mensaje para todos ustedes”, dice la voz, y comienza su relato. La voz habla del coltán, un mineral indispensable para el desarrollo de las nuevas tecnologías, cuyas reservas mayoritarias (calculadas en un 80% de la existencia mundial de este mineral) se hallan bajo suelo de la República Democrática del Congo. Esta voz anónima denuncia a su vez la guerra entre naciones africanas (rebeldes, grupos armados, ejércitos regulares y milicias) surgidas por el dominio de los territorios donde se encuentran estos yacimientos, la extracción y el tráfico del conocido “oro azul” para su comercialización. Bajo esta lucha -sigue denunciando la voz- las milicias invadieron también varios parques nacionales, destruyendo el hábitat y disminuyendo la población de algunas especies protegidas. “El gorila de montaña ha sido ya casi exterminado. Un elefante no dura demasiado ante los agujeros que infiere una moderna ametralladora liviana. Daño colateral”. Pero lo central del relato (y que alerta la voz) es que uno de los candidatos para gobernador de Rhode Island, el preferido en las encuestas, se había enriquecido obscenamente en años anteriores, justamente, mediante el tráfico del coltán. Un cuento directo en cuya calidad narrativa se conjuga historia, política, y acerca de manera sencilla algunos datos básicos sobre la relación de la tecnología con la explotación de  minerales.

Con estos cuentos, Javier Viveros nos acerca así un poco de la historia, las creencias, las prácticas y las costumbres de un continente lejano y mágico, por lo desconocido;  como sufrido y cercano, por los colmillos y las acechanzas clavados en su tierra. El libro se presentará en Asunción en los siguientes meses, mientras tanto puede ser adquirido vía internet en librerías online españolas y en Amazon.