miércoles, 1 de junio de 2016

Una entrevista en Cámara Húngara

Todo, absolutamente todo estaba pensado. La idea era hacer un espectáculo del equipo. Todo estaba guionado por ellos. Teníamos coreografías grupales. En una, si el gol era el empate de dos a dos de visitantes teníamos que ponernos en fila india y arrojarnos al unísono sobre el círculo central. Algunos de los festejos eran francamente delirantes. Si alguien metía un gol de apertura del marcador en calidad de visitante teníamos que acudir rápidamente a la banca, ponernos unas capas y representar una escena donde el que metió el gol se viste de príncipe y conversa con dos de los que construyeron la jugada, disfrazados éstos de enterradores con todo y palas. Si alguien marcaba un gol que era su hat-trick, su tripleta, teníamos que ir los once a juntarnos con los del banco y aplaudir a la hinchada. Si uno de los muchachos marcaba un gol olímpico debíamos organizar en el área rival una pequeña vuelta olímpica. (“Futbol S.A”, Javier Viveros)

La literatura de fútbol ha revivido la dulzura de los primeros toques de balón de un niño, la tristeza de un descenso, la frustración de una derrota en minutos finales, la pasión desbordada por la camiseta, pero Javier Viveros escribe sobre el futuro con guiños al presente.

El cuento “Fútbol S.A.” forma parte del libro Por amor a la pelota: once cracks de la ficción fútbolera, y no es romántico sino irónico. Sin embargo, a sus 39 años, Javier se deja seducir por el rodar del balón y el drama del golpeo contra las redes. Las historias de este deporte todavía lo provocan a escribir.

A propósito de la Copa América Centenario, Cámara Húngara platicó con el escritor paraguayo de varios poemarios, libros de cuentos y guiones de historietas para descubrir cómo vive el fútbol desde la pluma y también sobre la cancha.


¿Cuál es su historia con la literatura?Intuyo que es la misma que la mayoría de los escritores. Es decir, una vez que uno ha leído mucho, siente la tentación ineluctable de expresarse, de entregar a los brazos de la imprenta sus propios libros.

¿De qué manera se relaciona su historia con el fútbol?, ¿en qué punto se cruzaron?
Como escritor me atrajo el fútbol por su condición de fenómeno global y porque lo encontré como una fuente de historias. El cruce se dio de una manera consciente cuando buscaba temas para mis cuentos.

¿Quién lo inspiró?
Considero que el detonante más inmediato fue el cuento Buba, que forma parte del libro “Putas asesinas” del escritor chileno Roberto Bolaño.

¿Siempre ha preferido la vida del papel y la pluma a la del balón y el pasto?
Hubo períodos en los que jugué mucho al fútbol, una actividad que casi siempre coexistió con la literaria. Tuve también períodos en los que ni jugaba ni escribía, porque había otras prioridades en mi vida. Siempre he sido un jugador de media tabla para abajo, empecé como defensor carnicero y terminé como delantero oportunista.

¿Existen similitudes entre un escritor y un fútbolista?
El fútbolista puede proporcionar goce estético con una jugada magistral, escribiendo poesía con los pies. También un escritor puede hacerlo con un tropo bien colocado, preferentemente con comba hacia adentro.

Ha tenido la oportunidad de vivir lo que genera este deporte en otra región del mundo que albergó un Mundial, como lo es África. A partir de esa experiencia, ¿qué caracteriza al aficionado en América?La pasión, sin duda alguna; esa manera casi febril de vivir el fútbol, que es a su vez igual a como lo siente la gente de África. Viví un buen tiempo en Ghana y puedo dar fe de que la pasión que sienten ellos por el fútbol no es inferior a la de los argentinos y brasileños.

Con respecto a Paraguay, ¿qué lugar tiene el fútbol y en especial, la Albirroja?
En Paraguay, el fútbol es una religión con muy pocos apóstatas (quienes decaen de la fe verdadera, abandonando lo que ellos antes profesaban creer) y en ese contexto es la Albirroja el elemento de cohesión más poderoso.

Entre los escritores existen posturas muy definidas respecto al fútbol, tan citado es Borges por los que odian, como Camus, por los que aman, ¿qué opina de esta relación?Borges es uno de mis escritores predilectos. Conozco su opinión sobre el fútbol y no la comparto. Hasta Maradona falló un penal. El fútbol forma parte del espectáculo y es un fenómeno social ante el cual el escritor no debería rehuir la mirada. Hubo períodos en mi vida en los que respecto al fútbol oscilé entre Borges y Camus.

La Copa América se jugará entre conflictos políticos en el continente, ¿qué hay de los que lo consideran el opio del pueblo?Algo hay. Va a ser un paréntesis, un efímero placebo. Pero la copa va a terminar y los conflictos seguirán estando allí.

A propósito de su cuento fútbol S.A., una crítica el fútbol moderno, ¿qué tan alejado está de la realidad justo ahora? ¿El fútbolista se ha convertido en un empleado?Creo que, lamentablemente, hay mucho de real allí. Exagerado, sí, pero con bases reales en el sentido de que el fútbol se convirtió en una industria millonaria. Y el jugador es, efectivamente, un empleado. Es un funcionario que recibe muy buena remuneración mensual, pero sigue siendo un empleado y está a merced de lo que decidan poderes que le son ajenos.

¿En dónde está el placer y el romanticismo en esta época del fútbol?Solamente en el terreno de juego, ya sea en un estadio profesional o en una perdida cancha de tierra con islotes de pasto. Allí es donde todavía pueden escribirse gestas maravillosas tanto individuales como colectivas. Allí es donde todavía se cuecen las historias de heroísmos y de derrotas esplendorosas.

Latinoamérica parece tener un romance apasionado con el balón, no así con la literatura, ¿por qué?No lo veo así. Latinoamérica cuenta con varios Premios Nobel de Literatura y campeonatos mundiales. El fútbol es simplemente más masivo, su área de influencia es muy superior al de las letras.

En este contexto, ¿hay alguna historia que le inspire para escribir sobre ella?Muchas. Muchísimas. Tenemos por ejemplo la historia de fútbolista paraguayo Arsenio Erico que brilló en el fútbol argentino. El propio Di Stéfano lo recuerda como un jugador diferente, un estilista, un saltinbanqui, alguien que “hacía cosas que no hacían los demás”.

En un ejercicio de imaginación, si tuviera que explicarle este deporte a alguien que no lo conoce, ¿cómo lo haría?, ¿qué momento de la historia no faltaría en el relato?Le contaría las reglas del juego, le contaría historias de los mundiales, de las pasiones encendidas por los colores de las camisetas. Luego entraría a Youtube y le mostraría el segundo gol que Maradona infirió a los ingleses en México, y le hablaría de magia, de inmunidad a la inercia, de pique corto, de gambeta y del orgasmo del gol.

Tres jugadores que representen lo que significa para usted el fútbolMaradona, por esa zurda poética que era un equipo en sí; Zidane, por su elegante y depurada técnica y Ronaldinho Gaúcho, por la magia y alegría que siempre regó sobre el césped.

Finalmente, ¿Paraguay protagonizará una historia de héroes en esta Copa América?Pienso que no estamos con demasiadas razones para soñar, pero una de las mejores cosas que tiene este deporte es su capacidad para sorprender. En el 2011 no dábamos una moneda por la Albirroja y llegó a la final.

Una entrevista de la periodista mexicana Ana Cruz Manjarrez.
Fuente: http://camarahungara.st/anacruz/javier-viveros-la-copa-va-a-terminar-y-los-conflictos-seguiran-estando-alli/

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