-¡Terminé la tesis de Literatura! -le dije, exultante.
-¿Ya le pasaste al Licenciado Pytülo? -su voz en el celular tenía no poco de robot.
-No. ¿Y ese quién es?
-El que te traduce la tesis al lenguaje de tesis -afirmó, profesoral.
-¿Ya le pasaste al Licenciado Pytülo? -su voz en el celular tenía no poco de robot.
-No. ¿Y ese quién es?
-El que te traduce la tesis al lenguaje de tesis -afirmó, profesoral.
Me pasó el e-mail de contacto. De inmediato abrí Gmail y -tal como había sugerido mi reciente interlocutor- escribí en el cuerpo del mensaje una parte tomada al azar de mi trabajo de investigación.
"No vayas a escribir ninguna otra cosa, nada de saludos. El primer contacto es solo para que le mandes una partecita y que él te responda con su versión. Es como una muestra gratis" -no olvidé lo que me había dicho Muñozky.
El fragmento que le envié decía: Aquí focaliza en el personaje, que primeramente dice "no sé" y luego completa la frase.
A la mañana siguiente, tenía en el inbox un escueto mensaje del Licenciado Pytülo que decía:
"Se produce en este lugar la focalización en la mente figural, se cambia el foco a un ser de la diégesis, que -a fuer ya de sujeto de la enunciación- pronuncia primeramente el sintagma "no sé" para dar luego conclusión a su intervención frástica".
Obviamente lo contraté.
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