Dice Sábato, en un diálogo con Borges:
"Recuerdo que hace mucho tiempo vi una representación de Macbeth. La traducción era tan mala como los actores y la pintarrajeada escenografía. Pero salí a la calle deshecho de pasión trágica. Shakespeare había logrado vencer a su traductor".
Lo mismo sucede con "Sombras en la noche". Los actores vienen del mundo teatral (se sabe que el teatro es el falso amigo del cine) y la iluminación es pobre, pero pese a todo ello el mensaje llega. Y lo hace gracias a los espléndidos guiones donde brillan la imaginación y el talento narrativo de Hernán Jaeggi. El guionista logró vencer a las carencias de producción.
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